domingo, 20 de febrero de 2011

Querías evitarlo

Te sientes feliz porque él se convierte en todo. Tus sentidos se dedican a él al cien por cien. Aunque sólo es un amigo con el que no mantienes una gran relación. Te escucha. Por ello te sientes feliz.
Incluso sabiendo que él no te corresponde porque se ha fijado en otra chica, en tu amiga. Sabes que, en cierto modo te utiliza para llegar hasta tu amiga. Ella encuentra la situación divertida y se muestra interesada en él. Le facilitaste a él el contacto con tu amiga porque sólo querías que él estuviese feliz. Pero tu amiga sólo lo hace por tener un entretenimiento. Al principio no ves qué hay de malo en ello, pero él comienza a sentir algo por ella, y te confiesa esa atracción. Tienen mismos gustos y aficiones. Piensas que podrían llegar a tener algo y él sería feliz de este modo. Ya no ves el entretenimiento de tu amiga como antes e intentas que lo deje. Tú no quieres que le haga daño a él. Ella se excusa diciéndote que le gusta llevarse bien con todos. A ti no te vale esa explicación. No sabes qué hacer. Tienes una decisión que tomar. Dejar a tu amiga que siga llevándose bien con todos, incluido con él. Contarle al chico que te mantiene en vela todas las noches que tu amiga sólo juega con él. Sigues sin saber qué hacer. ¿A quién ser fiel? ¿A quién traicionar? Los dos te importan. Y tú sigues sin saber qué hacer. Pides consejo a tu mejor amigo. Te dice que dejes el agua correr. Pero esa opción no se encuentra en tu baraja. Estás intranquila día y noche y sigues sin saber qué hacer. Desearías no haberte metido en medio porque ahora te ves justo ahí, entre la espada y la pared. La situación te supera. Vuelves a hablar con ella, intentando que razone, pero no lo consigues. Así que, después de mucho pensarlo, te decantas por él. Quieres que sea feliz por encima de todo, y si le cuentas ahora lo que ha pasado, la caída será menos dolorosa. Lo sientes por tu amiga, pero a tu juicio ella estaba obrando mal, y tú sólo querías evitar el dolor...
Pero no lo consigues. Ahora eres tú la que está muy dolida. Acabas de perder a los dos...